7.3)INICIOS
DE LA INDUSRIALIZACIÓN.
7.3.1)INDUSTRIA
TEXTIL CATALANA.
En Cataluña en
1770 se inició una nueva manufactura textil, las fábricas de
indianas, las cuales aumentaron su producción e incorporaron
hiladoras mecánicas a su proceso de producción.
Pero en 1808 la
Guerra de la Independencia detuvo la expansión de los mercados. Pero
después del conflicto, pese a la interrupción del comercio
colonial, se retomó el aumento de producción pues el principal
mercado de estas industria era el interior.
Las medidas de
liberalización del mercado establecidas por los progresistas
permitieron una mecanización de la industria sobre todo en lugares
en los que ya se contaba con un cierto nivel de industria y había
capital, como en Cataluña.
Proceso de
mecanización;
Se inició a
partir de 1830, cuando fueron instaladas las primeras máquinas de
vapor. La mecanización fue más notable en el hilado que en el
tejido pues había poca mano de obra después de la Guerra de la
Independencia, además que las hiladoras mecánicas eran más baratas
que las tejedoras mecánicas. La escasez de la mano de obra junto a
la repatriación de capitales de las colonias independizadas y la
demanda mayor de prendas de algodón( más higiénicas y baratas,
después de requerir menos mano de obra su fabricación además de la
protección arancelaria) hizo aumentar los salarios, así como la
demanda hizo aumentar la producción.
Consolidación
y límites de la industria textil;
El
desenvolvimiento de la industria textil catalana le tuvo que hacer
frente a os limitaciones:
-La escasez de
carbón: La minería Catalana era pobre en carbón y tenía
dificultades para abastecerse hulla asturiano, que no llegó hasta
1892 a los puertos catalanes. Por ello, las fábricas se situaban en
las márgenes de los ríos para aprovechar la energía hidráulica.
Al rededor del propio edificio fabril, alejado de los núcleos
urbanos, los trabajadores asentaron sus viviendas y se crearon
escuelas e iglesias, naciendo así el concepto de colonia industrial.
-Debilidad del
mercado español: La población española en su gran mayoría eran
campesinos con poca capacidad adquisitiva, y la demanda de tejidos y
prendas era baja, y paralela por esta razón a la producción
agraria. Por ello, las ganancias de la industria textil dependían de
que no hubiese competencia, pues ya no había mucha demanda, y así
pedían al gobierno aranceles proteccionistas.
El crecimiento
de la industria textil solo se vio interrumpido por el fenómeno del
“hambre de algodón” , llamado así pues la industria careció de
materia prima durante la Guerra de Secesión (1861-1865) y a partir
del 1874 se inició una nueva fase expansiva, por la mecanización
del tejido y la renovación de la estructura industrial.
La industria
textil algodonera catalana consiguió desplazar a las industrias
españolas textiles no algodoneras por su calidad y precio, pero
aunque fuera una industria tan exitosa,su crecimiento continuo de la
producción no era tan grande como para industrializar todo el país,
pero sí a Cataluña.
7.3.2)LA
INDUSTRIA SIDERÚRGICA.
La industria
siderúrgica acompañó a la textil en el desenvolvimiento industrial
en la segunda mitad del siglo XIX.
Esta industria
estaba ligada a la minería del hierro y la del carbón, pues estas
proporcionaban materias primas.
Primeras
siderurgias;
Los primeros
intentos para crear una industria siderúrgica moderna fueron en 1826
en Málaga,
de esta forma ,
la hegemonía de la industria siderúrgica estuvo durante 30 años en
manos de la industria andaluza hasta que a mediados del siglo
decimonónico entró esta en decadencia por los costes ocasionados
por un combustible poco calorífico, ya que había dificultad para
obtener carbón de coque. Así, a mediados del siglo XIX la industria
siderúrgica malagueña entró en decadencia, pues en lugares como
Asturias, había depósitos de hulla (un carbón más calorífico que
el de Málaga) lo que hizo que la industria siderúrgica asturiana le
hiciese mucha competencia a la malagueña y se convirtió en el
núcleo de la industria siderúrgica entre 1864 y 1879.
Pero aún así,
este carbón no era lo suficientemente rentable en proporción de
masa y poder calorífico, es decir, eran elevados los costes de
producción pues necesitaban mucha masa de hulla.
Fué en 1876
cuando llegó a los puertos de Vizcaya en carbón de coque galés,
con mucho poder calorífico, que junto a las grandes extensiones de
minas de hierro que poseía, hizo del lugar un emplazamiento óptimo
para una industria siderúrgica mucho más productiva que las
anteriores.
Además el
intercambio por la importación de coque y la exportación de mineral
de hierro con Gran Bretaña fue el gran factor impulsor de la
industrialización de Euskadi.
En las últimas
décadas de siglo la construcción de grande sempresas vascas (varios
altos hornos en la década de los ochenta y en 1882 la creación de y
la mecanización del proceso de producción(Convertidor Bassemer y el
horno Martin-Siemens)
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